INTRODUCCION:

El agua potable que abastece nuestra población se controla y regula para servir a una amplia variedad de propósitos, los cuales contribuyen a mejorar  la calidad de vida, el medio ambiente, y favorecen las condiciones para el desarrollo de la economía.  El crecimiento poblacional y el desarrollo comercial e industrial requieren que los abastos de agua sean seguros y eficientes.

Para plantear soluciones efectivas  a corto y mediano plazo al problema de los abastos de agua en Puerto Rico es necesario conocer las condiciones del sistema de distribución de agua existente. Se sabe que en muchos sitios hoy día, el aumento en la demanda por crecimiento industrial, comercial, turístico y poblacional, hace que los sistemas de distribución de agua no sean capaces de satisfacer la demanda requerida. A su vez, la falta de mantenimiento adecuado, el maltrato o desplazamiento de las tuberías debido a asentamiento en el terreno o presiones excesivas por la operación de los mecanismos de control, la corrosión, la deposición de substancias derivadas de la composición química del agua y la edad de las tuberías, aceleran el proceso de deterioro de la infraestructura.  El efecto acumulativo de estos factores conlleva una insuficiencia de abasto para la demanda requerida y pérdidas cuantiosas del preciado líquido.

El modelo del sistema de distribución de agua es una herramienta que permite conocer los caudales y las presiones que ocurren en la mayoría de las tuberías que distribuyen agua a la población.  De esta manera se puede analizar y cuantificar el funcionamiento del sistema integrado de tuberías, tanques, bombas y válvulas que forman parte de la red de tuberías de agua potable. Este estudio es necesario para comprender las razones de rendimientos inadecuados y/o defectuosos. Más allá de comprender las razones, un modelo operacional es aquel que permite cuantificar alternativas y ayudar en la toma de decisiones dirigidas a solucionar problemas concretos de abastecimiento de agua en las comunidades.